Orientaciones para familias

Apuntes para que el tutor o tutora oriente a los padres y madres de sus alumnos y alumnas estudiantes de secundaria

Los padres y las madres tenemos que saber que el paso de niño a adulto en todas las culturas y en todos los tiempos supone una etapa necesaria de tránsito que conlleva inevitablemente que los padres y madres adapten sus conductas al cambio que se está produciendo en sus hijos e hijas.

La adolescencia se caracteriza por una riqueza de vivencias y aprendizajes pero también por la inestabilidad de emociones y sentimientos. Chicos y chicas experimentan profundos cambios hormonales vinculados a la adquisición de la capacidad reproductiva e importantes cambios personales y sociales para adaptarse al mundo que empiezan a descubrir.

Esos cambios, esos conflictos se pueden explicar por el momento psicoevolutivo del adolescente, del que podemos destacar:

Necesidad de reafirmación: los adolescentes necesitan reafirmar su identidad y para ello les gusta compartir algunos “ritos” específicos, como puede ser su forma de ocio, su forma de vestir,.. reclaman libertad para tomar sus propias decisiones, ya no es un niño pero tampoco es exactamente un adulto.

Necesidad de trasgresión: la trasgresión de las normas establecidas es una de las maneras en las que los adolescentes configuran una personalidad diferente y propia. Se rebela contra los adultos, lleva la contraria y trasgrede las normas en un acto de afirmación.

Necesidad de conformidad intra-grupal: el grupo empieza a ser su principal referente y mantenerse en él es uno de sus principales propósitos. Se identifica con sus amigos, con los que forma un grupo de afinidad e intereses comunes.

Sensación de invulnerabilidad: El correr riesgos a estas edades obedece al egocentrismo y la búsqueda de nuevas sensaciones, nada les puede pasar a ellos. Quiere descubrir, experimentar, conocer lo desconocido y lo prohibido, explorar nuevas sensaciones.

Susceptibilidad y vulnerabilidad ante las presiones del entorno. Es muy permeable a las influencias que recibe de su entorno, a las modas y a las presiones comerciales, de consumo.

Aunque en muchos aspectos de la vida del adolescente otras personas cobran mayor relevancia que el padre, la madre o los hermanos, estos no dejan de ser un referente esencial. De hecho, la familia tiene un papel fundamental en el desarrollo adecuado del adolescente. Las relaciones familiares influyen en como los jóvenes desarrollan las principales tareas de su etapa, su implicación en problemas comportamentales asociados a la adolescencia, así como su habilidad para establecer relaciones íntimas significativas y duraderas.

Aunque no todos los adolescentes experimentan estrés y tensión, éstos son más probables durante la adolescencia que en cualquier otra edad. La etapa se convierte en una etapa más difícil que otros períodos vitales no sólo para el adolescente, si no también para las personas que lo rodean. La idea de que la adolescencia es difícil se manifiesta:

Primera adolescencia: Conflicto con los padres: Para los padres los hijos siempre son pequeños. Casi con sorpresa descubrimos que su mundo ha cambiado: miran las cosas de otra forma, se relacionan de otra manera con los adolescentes y los adultos. La tranquilidad y la estabilidad que caracterizaba el final de la infancia da paso a un periodo de continuos descubrimientos. La primera manifestación de la entrada en la adolescencia es la aparición de pequeños conflictos; muchos de estos conflictos responden a una necesidad de afirmación personal y no representan, en el fondo, ningún problema social.

Adolescencia Media: Alteraciones del estado de ánimo: Los adolescentes experimentan estados de ánimo más extremos y cambios de humor más bruscos que los adultos y los niños. También manifiestan más sentimientos, a lo largo del día, de autoconciencia y vergüenza, torpeza, soledad, nerviosismo y sensación de sentirse ignorados.

Adolescencia Tardía o primera juventud: Conductas de riesgo: Es en este periodo donde pueden aparecer conductas de riesgo relacionadas con conductas delictivas, de consumo de sustancias, conducción temeraria y conducta sexual de riesgo.

Ante un adolescente los padres y las madres debemos intentar que pueda contar con un entorno seguro, se sienta apoyado y querido, que le ayude a afrontar los cambios que comporta el paso de la infancia a la adolescencia. Para ello, hay que establecer una buena comunicación, ya desde antes de la adolescencia.

Tenemos que entender lo que les pasa y ponernos en su lugar, descubrir qué es lo que piensan y qué sienten, establecer unas normas que les ayuden a conseguir un orden interno pero, al mismo tiempo, saber ser flexibles y sacar partido de la negociación como herramienta de aprendizaje y de construcción de valores. Es decir:

  • Evitar las actitudes autoritarias. Tenemos que aprender a observar los pequeños detalles, escuchar, preguntar de otra manera, dejando caer información, ideas y opiniones.
  • Ser exigentes con nuestros hijos. Confiar en ellos pero, al mismo tiempo, pedirles que sean responsables, valorar sus aciertos y sus errores, sin agasajarles ni criticarles de forma tajante.
  • Transmitir normas y límites. Tenemos que ofrecerles lo que necesitan (que no siempre es lo mismo que piden). Salidas, horarios, tareas pendientes, implican compromiso y responsabilidad; a veces pueden pactarse y en algunos casos deben ser innegociables.
  • Reconocer su capacidad para tomar decisiones. El objetivo de la enseñanza es que chicos y chicas sean autónomos y responsables. No podemos estar siempre encima de ellos y sobreprotegerlos pensando que no son capaces de entender y actuar en situaciones complejas.
  • Respetar su intimidad. Tiene derecho a ello, y también necesidad. La comunicación tiene que estar siempre abierta, pero debemos entender que difícilmente nuestro hijo nos explicará todo lo que pasa. Tampoco nosotros lo hacemos.
  • Ser coherentes. Nuestras palabras pierden mucho valor para nuestros hijos si no van acompañadas de una conducta coherente. A menudo esta es más importante que los consejos y recomendaciones.

En el inicio de la Adolescencia, las drogas pueden aparecer de manera habitual en las conversaciones de chicos y chicas, a pesar de que el consumo acostumbra a ser muy minoritario. A menudo se trata de una manera de demostrar que se ha dejado atrás la infancia. El alcohol, el tabaco y el cannabis son las drogas más cercanas y las que más fácilmente llegan a los adolescentes. En nuestra época las drogas han conseguido un grado de difusión mayor que en cualquier otro momento de la historia, como un elemento trasgresor, para desinhibirse, protestar o identificarse con el grupo. La generalización del consumo puede inducir a los adolescentes a pensar que tomar otras drogas es una cosa normal y que no comporta ningún peligro y no es así.

Talleres del PROGRAMA 12-16

Consisten en 2 actividades de aula para cada curso escolar, guiadas por un educador o educadora del Ayuntamiento de Alicante, en las que el alumnado, de manera participativa, reflexiona sobre aspectos relacionados con la Prevención de las Drogodependencias, adecuados a su edad.

A su vez, al tutor o tutora se le facilita dos actividades adicionales para realizar en tutoría antes y después de los talleres, al objeto de reforzar y complementar los mensajes.

1º ESO: TOMA DE DECISIONES

  • 1ª actividad tutoría: “Lo que de verdad importa: La salud”
  • 2ª actividad: “¿Nos dejamos llevar?”
  • 3ª actividad: “Decidimos razonadamente: ¿Fumar o no fumar?”
  • 4ª actividad tutoría: «¿Se gana siempre? Sobre videojuegos»

2º ESO: SER MAYOR

  • 1ª actividad tutoría: «La determinación”
  • 2ª actividad: “Eres de los que sí o de los que no? Sobre Alcohol”
  • 3ª actividad: “La línea de la vida”
  • 4ª actividad tutoría: “El control de los impulsos y el enganche a las TIC’s”

3º ESO: FINES DE SEMANA

  • 1ª actividad tutoría :  “El mapa de mi tiempo libre”
  • 2ª actividad: “Con y sin Drogas”
  • 3ª actividad:  “Cannabis: La tarde es joven”
  • 4ª actividad tutoría: “No puedo parar. El uso de Internet”

4º ESO: GESTIÓN DE RIESGOS

  • 1ª actividad tutoría: «¿Qué sabes sobre el alcohol?»
  • 2ª actividad: “Taller de Alcohol y Primeros Auxilios”
  • 3ª actividad tutoría: “Y tú… ¿Qué harías? Sobre botellón”
  • 4ª actividad: «¿Qué te apuestas?» Sobre juegos de azar»

Hay que hablar de drogas en casa, de manera franca, evitando crear situaciones dramáticas innecesarias y huyendo del tono catastrofista que acostumbra a reforzar las convicciones de chicos y chicas. Al mismo tiempo, no hay que banalizar el tema. Lo más importante es encontrar un tono sencillo, razonable y directo, que sea útil y efectivo para alertar de los riesgos de las drogas. La mejor manera es tener un conocimiento real de las mismas, estar convencido de sus consecuencias negativas y servir de modelo con la práctica de hábitos saludables.

Si tienes dudas o quieres tener mayor información, la UPCCA del Ayuntamiento de Alicante, cuenta con el Programa de Formación para padres y madres “En Familia”:
Información en el Tlf: 965 29 35 71
http://www.alicante.es/accionsocial/pr_drogodependencias.html

Si sospechamos que nuestro hijo o hija ha consumido o consume droga, tenemos que hablar del tema relajadamente y sin dejarnos llevar por la urgencia, la rabia o la angustia. Es mejor dejar pasar el primer momento de mayor alteración y crear un clima de verdadero diálogo, sin “víctimas” ni “culpables”.

Ofrecerse de manera colaboradora y reflexiva, con preocupación pero sin violencia. Debemos no alarmarnos injustificadamente. La ayuda de un profesional o una persona de referencia puede ayudarnos a valorar de manera más efectiva su consumo y determinar las pautas que deben seguirse ante las distintas situaciones